¡Me atreví a usarla y así es como me fue!
Seguro has escuchado sobre ella, pero tus dudas y quizá miedos te impiden intentarlo ¡No eres la única! Aquí la experiencia de una no-experta común.
Mi mano se escabulle al fondo de mi cajón, guiándose por el tacto entre mis calzoncillos, cacheteros y brasieres, hasta por fin sentir aquello que tanto buscaba. La cajita es rosa, pequeña y con un diseño al estilo “hecho en china”, aunque dudo que sea proveniente de tan lejos. Mis dedos ágiles giran el cubo para observar cada una de sus caras: imagen del producto, modo de uso y una tabla de tallas. Sí, sí, who cares? La abro. Hay un instructivo, una bolsa de raso color magenta y mi nueva acompañante por los siguientes días la cual está envuelta en plástico: mi queridísima copa menstrual.
Semanas atrás mi cuñada había llegado a casa pues la habíamos invitado a comer. Se separó de mi hermano, me tomó del brazo y se encerró conmigo en la habitación. “Te tengo un regalo” me dijo sonriente y de su bolsa sacó la cajita de una copa menstrual. “Me compré yo una y pensé en ti también”. Había escuchado de ella, sabía que algunas amigas mías ya la ocupaban e incluso un compañero gay había publicado en facebook un estado dirigido a las mujeres en donde rogaba que la usáramos “No uterus, no opinion” pensé en modo Rachel Green, sin embargo no negaba que me había llamado la atención.
Le agradecí a mi cuñada y lo guardé en mi cajón de ropa interior, en donde se hubiera quedado sin ser abierto en-la-vida si no fuese por mi conciencia ambientalista. En mi investigación de cómo usar una copa menstrual, encontré varios beneficios que vienen con ella, los cuales me resultaron bastante obvios y lógicos. Uno de ellos y el que me gustó más, fue: dejar de gastar y contaminar el planeta con las toallas sanitarias ¿Vale la pena armarte de valor e introducirte algo por la vagina sólo para dejar de generar toneladas de basura con manchas de sangre a largo de tu vida (porque algunas copas tienen duración hasta de diez años)? Sí. El mundo se merece que salgas de tu zona de confort, chica.
No encontré tijeras, por lo que mis dientes fueron mi instrumento para abrir la bolsa que contenía la copa. Es de plástico grueso, la veo muy grande, sin embargo leo que es talla S. Mido 1.54cm y peso 53 kilos, pero les puedo asegurar que eso ni tu flujo menstrual son factores para averiguar tu talla, ya que esto dependerá principalmente de tu edad (mayor o menor de 25) y si ya has tenido hijos (vía vaginal). Tengo 21 años, sin bendiciones, sexualmente inactiva temporalmente, ansiosa por regresar pero no, ya no virgen (aunque si fuese posible, cerca de serlo nuevamente por esta abstinencia no voluntaria): Talla S.
Joven, obstinada, cállate-yo lo sé todo-no te necesito, ignoro con desdén la hoja con instrucciones, doblo la boquilla de la copa como formando una “u” (o “c”, depende como la veas) y la llevo directo a mi vagina. Au, auch, auuu ¡Ahh, con un carajito! Me he lastimado en mis intentos por introducirla; siento como si se rehusara a que algo entre dentro de ella ¿no les parece hipócrita? Sólo deja que se meta lo que le conviene ¿Y si no es tan falso y mi vagina se cree virgen de nuevo? Dejo de hacerme ideas en la cabeza y busco en internet ayuda (podría leer el instructivo, pero #millennial). Una chica con el mismo problema pregunta en un foro “¿Tengo una mini pusi o por qué no puedo meter la copa?” Le responden chicas con el mismo inconveniente hasta que por fin una comenta “abre las piernas, ponte de cuclillas y te será más fácil”. No sé quien seas, hermana, pero el team de mini pusis te lo agradece.
"¿Tengo una mini pusi o por qué no puedo meter la copa? "
Me pongo de cuclillas y pongo mis piernas de par en par. Mis dedos limpios recién lavaditos me ayudan a mover mis labios vaginales hasta sentir el orificio. Apenas me toca la copa y siento un pequeño dolor gracias a todos mis fallidos tratos anteriores, sin embargo debo continuar, he llegado muy lejos. La empujo con un poco de fuerzas y entra ¡Sí! Como una guerrera, pese a sentirme lastimada, la llevo más al fondo hasta que por fin se siente completamente dentro. Salgo del baño con pasos lentos, analizando si existe alguna incomodidad, pero no hay nada. Girl, sientan ese empoderamiento.
Girlpower en problemas
Luego de unas horas me encuentro en el banco para cancelar una tarjeta. De camino acá, noté otro gran beneficio de la copa. Estaba siendo un día soleado y si hubiese estado usando una toalla, allá abajo estaría sudado: sudor+sangre= horrible y apestosa combinación, pues esto además suele convertirse con el paso del tiempo, en una posible irritación para muchas. No obstante, sí hay un problema: siento como si mi flujo se estuviese escurriendo ¡qué mal servicio! Apenas acabo mi papeleo, me dirijo al baño y me doy cuenta de dos cosas. Número uno: no tienes porque quitarte la copa si vas a hacer del baño. Número dos: sí me había manchado. Enojada busco en internet el motivo y comprendo que ha sido mi culpa. Upsis. “Aleja la pared de la vagina con un dedo y pasa el dedo índice alrededor de la copa para verificar su colocación, o bien, gira el colector para asegurar que no tenga ningún pliegue”.
La saco y tengo una sensación extraña pero no dolorosa. Cuatro horas de uso, flujo extremo, poderoso y abundante característico del primer día, y la copa llena a su 20% de capacidad ¿real? Sí. Ahora entiendo porque en muchos sitios decía que podías cambiártela incluso luego de 8 o hasta 12 horas. Tiro la sangre al excusado, jalo de la cadena para que se lo lleve el agua y al no tener un lavabo cerca ni líquido para enjuagarla, con un pedazo de papel limpio la copa. Por el tipo de material resulta algo fácil y ya más experimentada, la meto con gran facilidad (sigue siendo raro, pero creo acostumbrarme).
Así pasan los días, hasta que mi menstruación termina. Como en todas partes te ultra mega recomiendan, sé que tengo que esterilizarla. En una olla pequeña pongo agua, meto mi copa y la dejo hervir por 5 minutos. Habiendo transcurrido el tiempo, la retiro y lavo bien la olla. Nada fuera del mundo y bastante necesario.
¿Beneficios de la copa? Te reduce gastos, es ecológica, puedes usar cosas pegadas, los días soleados dejan de ser pesadillas encarnadas, las sábanas ni tu ropa interior están manchadas al despertar luego de una movida noche y no existen malos olores ni irritaciones. ¡Oh! Además que puedes hacer cualquier tipo de actividades sin temer por accidentes, te lo dice una chica que salta, corre, se estira y hace de todo diariamente en su rutina de aeróbics.
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