El Covid-19 se asomó a mi vida en un momento de reflexión, como muchos otros jóvenes, el estrés de la escuela, los desamores y el miedo al futuro era lo que invadía mi cabeza. No tenía tiempo para mí ni para realizar las múltiples actividades que me proponía.
Pero sin saber cómo, comencé a disfrutar el tiempo conmigo misma, no fue el primer día ni el segundo, pero no salir de casa me “desintoxicó”, me ayudó a conectarme con todas las cosas que me encantan hacer y que pensaba sólo eran posibles fuera de casa, como ir a comer hamburguesas, esquites, brownies, helado, pizza y todas las cosas que se te antojan en este momento. Y ¿Cómo? Pues fue de lo más sencillo y hasta nutritivo, me convertí en la pequeña chef de la casa, así es, me tocó ser ese personaje en la cuarentena... bueno, tengo otros de los cuales ahorita te cuento.
No necesité muchas cosas, paciencia, energía, buena vibra y algunos ingredientes para ponerme a hacer nieve casera de pepino, panque de chocolate y dedos de queso. Pero lo mejor de todo era que me sentía motivada. Sí, tenía muchos pendientes, pero no iba a dejar de hacer una de las cosas que más me gustan: la comida y probar cosas nuevas.
Una vez más me senté a pensar qué podía hacer mientras pasaba largas semanas confinada en mi casita, y llegó el foquito amarillo a mi cabeza: Bailar, sí, otra cosa que siempre hacía era ir a bailar, y como amante de pasarme el día entero en la calle acompañada, fue difícil comenzar esta actividad sola, pero es la magia del internet, que físicamente puedes estar únicamente tú y a la vez estar acompañado por videollamada, llamada tradicional o chat con muchas personas, y fue así como el reto del mes es aprender a bailar ritmos latinos, porque terminando esto, seguro todos vamos a querer salir a mover nuestras caderas.
Otra cosa que me ayuda a entretenerme y relajarme en mis momentos de estrés en casa es hacer tardes de películas, esta actividad me encanta realizarla en compañía de mi perrita, mi abuelita o mi mamá, porque es un momento íntimo, que ha tomado un nuevo significado, pues no es el simple hecho de ver la película, es el espacio, el calor, las risas y las lágrimas compartidas. Es mi cabeza en el hombro de mi madre cuando el filme se torna aburrido y las palomitas con salsa que tanto nos gustan a todas. Lo que más extraño del cine es... No, en realidad lo que extraño del cine es poder escuchar las opiniones de las demás personas, ver sus rostros al salir y comentar la película al final, pero todo eso lo tengo en casa.
El coronavirus nos ha quitado mucho, les ha quitado a miles de familias y trabajadores, ha arrebatado vidas, amigos y planes, pero, ¿qué nos ha dado? Es por eso que desde hace unos días decidí darle mi energía positiva a todo aquel que la necesitar mis odios, mis tardes y mis no tan sabios consejos. También me regalo eso a mí misma, porque en tiempos de covid, lo mejor es no dejar caer la esperanza.
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