Antes de que comenzara el confinamiento por el COVID-19, recuerdo haber desahogado algunas frustraciones con mis amigas. Les dije que me sentía ansiosa, pues había varias actividades que deseaba hacer y me lo impedían las miles de tareas escolares, los deberes de mi servicio y hasta los quehaceres del hogar. Quería tener tiempo para volver a escribir (hobby y pasión que tengo desde niña), para leer algunos libros que se encontraban juntando polvo en mi librero. Incluso sentía la necesidad de tener un momento del día para practicar mi Inglés, entre otras cosas. Pero sobre todo, recuerdo haberles dicho:
"Quiero comer mejor y quiero hacer ejercicio"
No me malinterpreten, supongo que incluso en aquellas épocas en donde aún salíamos mis hábitos alimenticios no eran tan reprochables. En cuanto al ejercicio, desde principios del año hago rutinas de aeróbics cinco o seis veces a la semana, no obstante, me sentía agotada y que me estaba esforzando demasiado; que mi cuerpo terminaría por no resistir mis horarios:
Escuela (7am-1pm)
Servicio (2pm-5 pm)
Tarea en casa (6pm-8pm)
Ejercicio (9pm-10pm)
El ejemplo anterior es un día bueno, pero había veces en las que dormía en cuanto llegaba a casa un par de horas, las tareas requerían más tiempo o el servicio se alargaba. Por si fuera poco, por la ansiedad y/o por el cansancio, comía más y consumía lo que estaba a mi alcance en esos momentos. En la escuela: puras chucherías o alimentos-no-tan-sanos.
Pero entonces llegó el confinamiento y con él, se acabaron las excusas (al menos para mí)
¡Hora de hacer ejercicio!
Como dije, desde antes hacía aeróbics con vídeos de Youtube, sin embargo, mis horarios atareados me impedían rendir como deseaba, por lo que realizaba una rutina corta: de 27 minutos. ¡Ahora, tengo la oportunidad de ejercitarme hasta por 1 hora 30 minutos!
Uso una crema reductora en el vientre
Uso una faja para crear calor y mantenerme firme
¡Sudo muchísimo! (aunque no sea sinónimo de adelgazar o hacerlo bien, sientes que tu cuerpo se esfuerza más)
Noté los cambios desde la primera semana, ¡súper recomendando!
Aunque parezca promotora de Jane Fonda (la entrenadora del vídeo), creo que la admiro porque fue la pionera de los aeróbics, ¡y nada de lo que realiza es al azar! Tiene incluso libros en donde explica el funcionamiento de cada movimiento. A comparación del gimnasio, estos ejercicios te estilizan el cuerpo y lo fortalecen, pero, ¿bajas de peso? Al menos yo no. Quizá era cambiar la dieta.
Como soy muy antojadiza y es tanto el tiempo del que ahora dispongo (como todos) me he dado la tarea de cocinar mis propios aperitivos. Con la idea de "comer más sano" más allá de seguir-una-dieta, me pongo a hacer mis propias mermeladas, mantequilla de manies, galletas y yogurt.
¡Realmente no es nada complicado! Además de que ocupa mucho de mi tiempo, me entretengo cocinando y conviviendo con mi mamá. ¡No importa como sepa! Creo que preocuparse por tu alimentación e intentar ser más sano, es lo que cuenta. ¡Y la práctica hace al maestro! No desesperes sino resultas ser el mejor chef (Recuerda, del mismo modo, que no va a saber como un producto procesado)
Mi vida "intento-fitness" es algo que me enorgullece esta cuarentena (entre otras actividades a las que también he dedicado un rato de mi día) y me distrae de vez en cuando de la realidad en la que nos encontramos. Supongo que me propuse aprovechar mis tiempos y sentirme agradecida, porque realmente es un privilegio no tener porque preocuparme en esta pandemia, como muchas familias lamentablemente se ven consumidos por el miedo y angustia de lo mucho que les afecta la situación.
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